Broche con forma de aguja con cabeza de dragón, basado en hallazgos arqueológicos típicos de la zona de asentamiento vikingo entre el 800 y el 1100 d. C. y conocidos, por ejemplo, de los yacimientos de Birka, Hedeby, York, Dublín y Trondheim.
Está hecho de hueso, finamente tallado.
El hueso era una gran alternativa a broches fabricados de bronce o plata, y es un complemento ideal para aquellos recreacionistas que deseen representar a un personaje de inferior grado social.
Aunque en el ámbito recreacionista se utiliza como aguja para el pelo, creemos que su utilidad histórica es la de broche y adjuntamos una fotografía de cómo pudo utilizarse, usando una tira de cuero para su sujeción.